jubileo 2025, peregrinos de la esperanza
Padre Reegan Soosai, CMF
Misionero Claretiano
"El Año Nuevo nos invita a caminar como peregrinos de esperanza, guiados por la fe y fortalecidos por la paz de Dios."

¡Queridos peregrinos de esperanza!
Hoy comienza un nuevo año según el calendario civil y comercial, un momento importante para muchos en el mundo, que nos invita a reflexionar y renovar nuestra esperanza. Este 2025 es especial, ya que vivimos el jubileo 2025, peregrinos de la esperanza, un tiempo de gracia que nos llama a caminar juntos hacia una renovación espiritual y comunitaria.
Sin embargo, es interesante recordar que existen diversos comienzos de año según las culturas y tradiciones. Por ejemplo, para la etnia Tamil en India y Sri Lanka, el Año Nuevo será el 14 de abril; para los vietnamitas y chinos, el Año Lunar se celebra entre enero y febrero; y para los judíos, el Año Nuevo se observa en septiembre. De hecho, más de la mitad de la población mundial celebra el inicio del año en fechas distintas al 1 de enero.
Independientemente del día en que lo celebremos, este es un momento ideal para reflexionar, fijarnos nuevos propósitos y renovarnos. Es una oportunidad para mejorar nuestras vidas y contribuir activamente a la construcción del Reino de Dios.
Además, hoy celebramos dos grandes fiestas que nos llenan de significado: la Solemnidad de María, Madre de Dios, y la Jornada Mundial de la Paz. Estas celebraciones nos invitan, en el jubileo 2025, a ser peregrinos de esperanza, especialmente en este tiempo de gracia y jubileo. Que este nuevo año sea un camino de renovación, paz y esperanza para todos nosotros.
María, Madre de Dios (Theotokos)
Los primeros cristianos ya veneraban a María como Madre de Dios, pero la Iglesia tuvo que pasar por muchas horas de reflexiones teológicas y discusiones doctrinales para proclamar este título como un dogma en el Concilio de Éfeso. Este dogma, que define a María como Madre de Dios (en griego, Theotokos, que significa “Portadora de Dios”), fue proclamado en el Concilio de Éfeso en el año 431 d.C. Este concilio fue convocado principalmente para resolver la controversia cristológica surgida por las enseñanzas de Nestorio, quien cuestionaba el uso del término Theotokos para referirse a María.
Decisión del Concilio de Éfeso
El Concilio de Éfeso fue un momento clave en la historia de la Iglesia, donde se reafirmaron verdades fundamentales sobre la naturaleza de Cristo y el papel de María como Madre de Dios. Las conclusiones de este concilio sentaron las bases de la cristología y la mariología en la tradición cristiana:
1. El Concilio afirmó que Jesucristo es una única persona con dos naturalezas, divina y humana, unidas en una sola hipóstasis (unidad personal).
2. Debido a esta unión, María puede ser propiamente llamada Madre de Dios, porque dio a luz a Jesús, quien es verdadero Dios y verdadero hombre.
Este dogma no solo exalta a María, sino que protege la fe en la plena divinidad y humanidad de Cristo. El título Theotokos es fundamental en la tradición cristiana, tanto en las Iglesias católicas como en las ortodoxas.
Recordemos las palabras de la Virgen de Guadalupe en sus apariciones a Juan Diego en 1531, donde ella dice:
”¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?
¿No estás bajo mi sombra y resguardo?
¿No soy yo la fuente de tu alegría?
¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?
¿Qué más has menester?”
María es Madre de Jesús-Dios, Madre de la Iglesia y nuestra esperanza.
Jornada Mundial de la Paz
Hoy también se celebra en la Iglesia Católica la Jornada Mundial de la Paz, como es costumbre cada 1 de enero. El Papa ha elegido el tema: “Perdona nuestras ofensas y concédenos tu paz”. En su mensaje, el Papa hace tres llamados a la comunidad mundial para construir paz y esperanza:
1. Perdonar las deudas de los países pobres, recordando que los países ricos tienen una gran deuda ecológica hacia los más desfavorecidos.
2. Promover el respeto por la dignidad de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, para que cada persona pueda amar su vida y mirar al futuro con esperanza, deseando desarrollo y felicidad para sí misma y para sus hijos.
3. Reasignar recursos militares: destinar al menos un porcentaje fijo del dinero utilizado en armamentos a la constitución de un Fondo Mundial que elimine el hambre, facilite actividades educativas en los países más pobres y promueva el desarrollo sostenible, combatiendo el cambio climático.
Una práctica personal: una palabra para el año
Desde hace muchos años, tengo una práctica que ha transformado mi vida: elegir una sola palabra que guíe mi camino a lo largo del año. Cada palabra se convierte en una brújula, una inspiración constante para mis pensamientos y acciones. Por ejemplo, en 2024 mi palabra fue “perseverancia”, mientras que en 2023 fue “abandonarme”.
Ahora, al acercarnos al 2025, el Papa Francisco nos invita a abrazar una palabra poderosa: Esperanza. Esta invitación nos plantea una pregunta esencial: ¿Qué significa la esperanza para mí?
Los animo a hacer algo similar: pidan a Dios una palabra personal, una que dé sentido, propósito y motivación a sus días. Permitan que esa palabra sea una luz que ilumine su camino y les llene de ganas de vivir plenamente durante todo el 2025. ¿Cuál será su palabra para el nuevo año?
Que nuestra Madre de Dios nos conduzca por el camino de paz y esperanza.
¡Vamos peregrinos, y vivamos la esperanza!