Los siete domingos de San José (dolores y gozos):
Antes de su festividad el 19 de marzo
Los siete domingos de San José son una devoción dedicada a meditar sus dolores y gozos, honrándolo como esposo de María y padre de Jesús en los domingos previos al 19 de marzo.

Conoce más sobre la devoción de los siete domingos a San José
La tradición de los siete domingos de San José está dedicada a meditar sobre los dolores y gozos que marcaron la vida del esposo de la Virgen María. Esta práctica tiene su origen en un antiguo relato del siglo XVI, cuando dos frailes franciscanos, tras sobrevivir a un naufragio invocando la ayuda de San José, promovieron la costumbre de dedicarle los siete domingos previos a su festividad.
Según la historia, los frailes viajaban en barco cuando una fuerte tormenta los sorprendió en alta mar. Viéndose al borde de la muerte, se encomendaron a San José con profunda fe. Milagrosamente, las aguas se calmaron y lograron llegar sanos y salvos a tierra firme. Durante su rescate, se les apareció un hombre radiante de luz que los ayudó y, al desaparecer, comprendieron que se trataba de San José. En gratitud por este prodigio, los frailes comenzaron a difundir la práctica de recordar los siete momentos de dolor y gozo vividos por San José, una devoción que con el tiempo se extendió por la Iglesia.
Durante los siete domingos previos al 19 de marzo, los fieles meditan sobre un episodio de la vida de San José que refleja sus momentos de prueba y consuelo como custodio de Jesús y María. Desde su angustia al no encontrar posada en Belén hasta la alegría de ver al Hijo de Dios crecer bajo su protección, cada uno de estos siete dolores y gozos nos enseña valiosas lecciones de fe, confianza y amor incondicional a Dios.
La devoción a los siete domingos de San José no solo es una forma de honrar al santo patriarca, sino también un camino para fortalecer la vida espiritual. San José es patrono de la Iglesia Universal y modelo de humildad, trabajo y entrega total a la voluntad de Dios. A través de esta práctica, muchos creyentes han encontrado en él un intercesor poderoso en momentos de dificultad, confiándole sus preocupaciones familiares, laborales y espirituales.
La Iglesia ha reconocido el valor de esta devoción concediendo indulgencias a quienes la practican con fe y devoción. Por ello, cada año, miles de fieles alrededor del mundo se preparan para el 19 de marzo con esta oración especial, buscando en San José un guía seguro en su camino de fe.
Beneficios espirituales
La devoción de los siete domingos de San José no solo nos permite honrar al padre terrenal de Jesús, sino que también nos abre a profundas gracias espirituales. A través de la meditación en sus dolores y gozos, los fieles encuentran en San José un modelo de fortaleza, fe y entrega total a la voluntad de Dios.
Cada domingo es una oportunidad para crecer en confianza en la divina providencia, aprendiendo del ejemplo de San José, quien supo afrontar pruebas con humildad y perseverancia. Esta práctica nos ayuda a fortalecer nuestra fe en los momentos de incertidumbre, recordándonos que Dios siempre guía el camino de quienes confían en Él.
Además, los siete domingos de San José nos enseñan a vivir con mayor serenidad y desprendimiento, comprendiendo que la verdadera alegría no proviene de las riquezas materiales, sino de una vida centrada en Dios. Su ejemplo de obediencia y amor nos impulsa a cultivar una relación más profunda con el Señor, entregándole nuestras preocupaciones y permitiendo que Él transforme nuestra vida.
Esta devoción también nos invita a imitar la entrega silenciosa de San José, quien en su misión de custodiar a Jesús y a María vivió con total generosidad y servicio. Quienes practican esta oración con fe encuentran en San José un intercesor poderoso en sus necesidades espirituales, familiares y vocacionales, descubriendo en él un guía seguro en su camino de santidad.