Misterios gloriosos
(miércoles y domingo)

Los Misterios Gloriosos del Santo Rosario que meditamos los miércoles y domingo, nos llevan a contemplar la victoria de Cristo sobre la muerte, la glorificación de su Madre y la promesa de nuestra propia resurrección.

Los 5 Misterios Gloriosos

misterios gloriosos: Jesús ascendiendo al cielo con los brazos elevados, rodeado de nubes y luz divina, mientras los apóstoles miran con asombro y reverencia

Primer misterio glorioso: La Resurrección de Jesús

En este misterio, contemplamos el momento en que Jesús resucita de entre los muertos, venciendo la muerte y el pecado. Su Resurrección es el fundamento de nuestra fe y la promesa de nuestra propia resurrección.

"El ángel dijo a las mujeres:
 
'No está aquí, porque ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
 
(Mateo 28, 6)"

Segundo misterio glorioso: La Ascensión de Jesús al Cielo

Meditamos sobre la Ascensión de Jesús al cielo, donde se sienta a la derecha del Padre. Este misterio nos recuerda que Jesús, aunque ya no está físicamente con nosotros, sigue presente en nuestras vidas y nos ha prometido el Espíritu Santo.

"Y el Señor Jesús, después de haber hablado con ellos, fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios.
 
(Marcos 16, 19)."

Tercer misterio glorioso: La Venida del Espíritu Santo

Reflexionamos sobre el descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles y María en Pentecostés. Este evento marca el nacimiento de la Iglesia y el inicio de la misión de llevar el Evangelio a todas las naciones.

"De repente, vino del cielo un ruido como de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa donde estaban sentados. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos.
 
(Hechos 2, 2-3)."

Cuarto misterio glorioso: La Asunción de la Virgen María al Cielo

Meditamos sobre el momento en que la Virgen María, al final de su vida terrena, es llevada al cielo en cuerpo y alma. Este misterio nos llena de esperanza, al recordarnos que María es un modelo para todos nosotros, y que también estamos llamados a la gloria celestial.

"Se manifestó en el cielo un gran signo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas en su cabeza..
 
(Apocalipsis 12, 1)"

Quinto misterio glorioso: La Coronación de María como Reina del Cielo y de la Tierra

Reflexionamos sobre la glorificación de María, coronada como Reina del Cielo y de la Tierra. Este misterio nos invita a honrar a nuestra Madre celestial y a pedir su intercesión para que podamos un día compartir la gloria eterna con ella.

"Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
 
(Apocalipsis 12, 1)."

¿Por qué son importantes los Misterios Gloriosos?

Los Misterios Gloriosos, que rezamos los miércoles y domingos, nos invitan a meditar sobre los triunfos definitivos de Jesús y María después de la Resurrección. Estos misterios nos llenan de esperanza al recordarnos la victoria de Cristo sobre la muerte y la promesa de la vida eterna. Nos llaman a vivir con la alegría de la resurrección en nuestros corazones, confiando en que la gloria de Dios ilumina nuestra vida y nos guía hacia nuestro destino final en el cielo.

Además, estos misterios nos llevan a reflexionar sobre la culminación del plan de salvación de Dios. Desde la Resurrección de Jesús hasta la Coronación de María, destacan el poder transformador del amor divino y su deseo de compartir su gloria con nosotros. Al profundizar en ellos, nuestra fe se fortalece, nuestra esperanza se renueva y somos recordados de que, a pesar de las pruebas y sufrimientos, estamos destinados a participar en la gloria celestial junto a Cristo y María.

Intención al rezar los Misterios Gloriosos

Al meditar en los Misterios Gloriosos, podemos ofrecer nuestras intenciones por aquellos que buscan la luz de la esperanza en sus vidas, por la conversión de los pecadores y por nuestras propias necesidades espirituales y materiales. Estos momentos de oración son una oportunidad para pedir la gracia de vivir con alegría y confianza en la promesa de la resurrección y la vida eterna.

La contemplación de la gloria de Dios nos inspira a ver nuestras propias vidas bajo la luz de la fe, reconociendo que, en medio de las dificultades, estamos llamados a participar en su victoria. Al rezar estos misterios, no solo fortalecemos nuestra relación con Dios, sino que también somos motivados a ser portadores de esperanza para quienes nos rodean.

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