Peregrinos de la esperanza
año jubilar 2025
Serie semillas de esperanza
Semilla 14: El dedo de Dios
Padre Reegan Soosai, CMF
Misionero Claretiano
Jesús, con el simple gesto de su dedo en la tierra (El dedo de Dios) simboliza su amor sanador y su presencia activa en nuestras vidas.

Fuente Imagen: Wikimedia Commons
¡Queridos peregrinos de Esperanza del año jubilar 2025!
Mis queridos Peregrinos de la Esperanza,
En el Evangelio de hoy, cuando la mujer adúltera fue llevada ante Jesús, Él no la condenó. En lugar de eso, le mostró gran perdón y amor, y sobre todo, reescribió su historia. En el Evangelio se dice de manera simbólica que
"Jesús se inclinó y escribió algo en el suelo con su dedo"
(Juan 8:6)
El suelo representa la vida, y Jesús, el autor de la vida, reescribe su historia, recreando su pasado y dándole un nuevo comienzo.
Esto nos recuerda una verdad que a menudo escuchamos de aquellos que han encontrado a Jesús:
Hay un claro "antes" y "después".
Como se dice:
"No hay santo sin un pasado, y no hay pecador sin un futuro".
¿Y tú? ¿Cuál es tu situación, y en qué estado se encuentra tu corazón?
¿Estás listo para permitir que Jesús reescriba tu historia y trace un nuevo curso para tu vida?
Por eso, reflexionemos sobre este "dedo de Dios".
El dedo de Dios
Una de las representaciones más famosas del toque divino es La Creación de Adán, el fresco que Miguel Ángel pintó entre 1512 y 1514 en el techo de la Capilla Sixtina.
En esta obra icónica, Dios y Adán se extienden hacia el uno al otro. La escena representa el momento bíblico cuando Dios le da vida a Adán, el primer ser humano, tocándolo con su dedo. Los dedos casi tocándose se han convertido en un símbolo de la conexión divina, la chispa de vida entre el Creador y Su creación.
El gesto de los dedos
La proximidad de los dedos de Dios y Adán, a punto de tocarse pero no lo suficientemente cerca, representa el potencial para la creación y la vida.
Sugiere que Dios, el Creador, ofrece vida y libre albedrío a la humanidad. El espacio entre sus dedos también invita a la contemplación sobre la naturaleza de la intervención divina y la profunda relación entre la humanidad y Dios.
Una de las imágenes de Dios que más me gusta en la Biblia es la de Dios como Jardinero. En el Génesis, vemos a Dios plantar un jardín y cuidar de Su creación. Dios creó todo—hermoso y con propósito—y sigue cuidándonos, Su creación, incluso hoy.
No fuimos simplemente creados y olvidados; Dios está siempre trabajando, llamándonos a una relación más profunda con Él. Esto se refleja bellamente en la respuesta de María al llamado de Dios:
"Sí, Señor, hágase en mí según tu voluntad"
(Lucas 1:38).
Dios solo puede actuar en nosotros hasta el punto en que cooperemos con su voluntad. Al igual que María, estamos llamados a entregar nuestra voluntad a Él.
¿Estás listo para entregar tu voluntad y libertad a Dios, permitiendo que Su dedo guíe y moldee tu vida?
¿Estás listo para entregar tu voluntad y libertad a Dios, permitiendo que Su dedo guíe y moldee tu vida?
En los Evangelios, vemos a Jesús tocando la vida de las personas con su dedo de misericordia, amor, compasión, bondad, perdón y cuidado. Sus dedos ayudaron a las personas a recobrar la vista, a caminar de nuevo, a hablar y a escuchar (Mateo 9:29-30, Lucas 13:13, Juan 9:6). Cada acto de sanación refleja el profundo amor y cuidado de Dios por nosotros.
El dedo de Dios en las escrituras:
En la Biblia, el "dedo de Dios" a menudo simboliza la acción directa y poderosa de Dios.
En la Biblia, el "dedo de Dios" a menudo simboliza la acción directa y poderosa de Dios.
Aquí hay algunos pasajes clave donde se menciona o se implica el "dedo de Dios":
- La creación de la humanidad (Génesis 2:7):
Aunque la frase exacta "dedo de Dios" no se usa, el acto de Dios formando a Adán del polvo y soplando vida en él refleja la participación íntima de Dios en la creación.
El "dedo de Dios" podría simbolizar su acción directa al crear la vida. - Los diez mandamientos (Éxodo 31:18 y Éxodo 8:19):
En Éxodo 31:18, Dios le da los Diez Mandamientos a Moisés, escritos con el "dedo de Dios". Esto muestra la participación directa de Dios en revelar su ley a la humanidad.
En Éxodo 8:19, los magos egipcios reconocen que las plagas son el resultado del poder de Dios, indicando su control supremo. - Milagros e intervención divina (Lucas 11:20):
En el Nuevo Testamento, Jesús habla del "dedo de Dios" al expulsar demonios. Él dice,
"Pero si yo expulso demonios con el dedo de Dios, entonces el Reino de Dios ha llegado a ustedes" (Lucas 11:20).
Aquí, el "dedo de Dios" se refiere a:
El poder divino de Jesús para realizar milagros y establecer el Reino de Dios. - Simbolismo del poder de Dios:
El "dedo de Dios" simboliza Su autoridad e intervención en la historia humana. Resalta Su presencia activa y participación en la creación, liberación y guía. También subraya el poder de Dios para moldear e influir en el mundo de manera directa y personal.
Reflexiones finales
El "dedo de Dios" en términos bíblicos a menudo transmite la idea de la acción directa de Dios, su poder para crear, liberar y guiar.
Es un símbolo de su presencia e involucramiento en nuestras vidas, y un recordatorio de su poder para intervenir en los asuntos humanos.
¿Y nosotros?
Jesús toca las vidas de las personas con su dedo para sanar, cuidar y mostrar amor.
¿Cómo usamos nosotros nuestros dedos?
¿Los usamos para dar vida o destruirla?
¿Para perdonar o condenar?
¿Para acompañar o herir?
¿Para dar esperanza o aplastarla?
El dedo de Dios es un signo de esperanza. Cuando el dedo de Dios está con nosotros, nada puede estar en nuestra contra. Su protección y cuidado nos guiarán mientras continuamos nuestro peregrinaje con esperanza. Usémoslo para levantar a los caídos, sanar a los enfermos y ofrecer esperanza a los marginados y condenados.
Recordemos que cuando señalamos con un dedo a otros, los otros cuatro dedos apuntan hacia nosotros, preguntando:
¿Y tú?
Con el Dedo de Dios, siempre podemos vivir con esperanza.
¡Somos peregrinos de la esperanza!
¡Que viva la esperanza!