Peregrinos de la esperanza
año jubilar 2025
Serie semillas de esperanza
Semilla 10: Tentación

Padre Reegan Soosai, CMF
Misionero Claretiano

“La tentación no es solo una lucha, sino una oportunidad para crecer en fe y esperanza. Jesús nos enseña a vencerla con oración, ayuno y la Palabra de Dios.”

Audio reflexión padre Reegan

¡Queridos peregrinos de Esperanza del año jubilar 2025!

Mis queridos Peregrinos de la Esperanza,

Cuando escuchas la palabra "tentación", ¿qué te viene a la mente?

Para muchos, suele estar asociada con pensamientos sexuales, ¿verdad? Pero la tentación va más allá de eso. Puede manifestarse de muchas formas: tentaciones contra la fe, las relaciones, la integridad, la profesión y la familia.

Ahora bien,
¿qué pasaría si te dijera que la tentación es un signo de esperanza?
¿Estarías de acuerdo?
¿Cómo reaccionarías?

Reflexionemos juntos sobre esto:

En este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio nos presenta las tres tentaciones de Jesús. Estas tentaciones corresponden a las necesidades fundamentales de todo ser humano:

1. Necesidades físicas: la tentación de convertir piedras en pan.

2. Necesidades sociales: la tentación de buscar poder y reconocimiento.

3. Necesidades espirituales: la tentación de poner a prueba la protección de Dios.

¿Cómo superó Jesús estas tentaciones?
Triunfó a través de la oración, el ayuno y el poder de la Palabra de Dios.

¿Qué es la tentación?

La tentación es el fuerte deseo o impulso de hacer, pensar o decir algo que a menudo es incorrecto, pecaminoso o imprudente.
Es la lucha interna entre lo que sabemos que es correcto y lo que parece atractivo, pero nos aleja de la bondad, la verdad y la voluntad de Dios.

Desde una perspectiva cristiana, la tentación se ve a menudo como una prueba de fe, en la que debemos elegir entre seguir los mandamientos de Dios o ceder a los deseos mundanos.

La tentación puede provenir de diferentes fuentes:

  • El diablo (Satanás): Como se ve en la tentación de Jesús en el desierto (Mateo 4:1-11).
  • La carne (deseos humanos): Como menciona Santiago 1:14: "Cada uno es tentado cuando es arrastrado y seducido por su propia concupiscencia".
  • El mundo: Influencias externas que nos alejan del camino de Dios (1 Juan 2:16).

¿Qué es el diablo o Satanás?

La palabra diablo o Satanás en griego significa
"el que divide" o "el que nos separa del amor y la voluntad de Dios".
Es quien nos hace sentir solos, nos corrompe y nos destruye progresivamente.
Puede manifestarse como un mal espiritual o en cosas y personas del mundo.

Job pudo vencer la tentación del diablo, de sus amigos e incluso de su esposa que intentaba separarlo de su fe en Dios y de la voluntad de Dios. También la carta de Santiago nos da una explicación clara sobre la tentación y como debemos confrontarla. Por favor lean el libro de Job en el Antiguo Testamento y la carta de Santiago en el Nuevo testamento. 

Tentación y pecado

La Biblia enseña que la tentación en sí misma no es pecado, pero ceder a ella sí lo es.

Si tengo un pensamiento involuntario de robar, pero no cedo a él ni actúo en consecuencia, no es pecado. Pero si voluntariamente alimento una “fantasía sexual” o una conducta inapropiada, entonces sí es pecado, porque me separa del amor de Dios y me hace centrarme en placeres momentáneos.

Tentación y necesidades básicas

La tentación y las necesidades básicas están profundamente relacionadas en la psicología.

La tentación a menudo surge del deseo de satisfacer necesidades humanas fundamentales, como la supervivencia, la seguridad, la pertenencia social y la autorrealización. 

Veamos cómo estánvinculadas:

1. Necesidades biológicas (impulsos fisiológicos)

Son nuestras necesidades más básicas, como la comida, el agua y el sueño, están ligadas a la supervivencia. Cuando no se satisfacen, el cuerpo genera impulsos intensos, haciendo que la tentación sea más fuerte.

Cuando alguien tiene hambre, puede sentir la tentación de comer en exceso o consumir alimentos poco saludables, incluso si está tratando de hacer dieta.

2. Necesidades emocionales (consuelo psicológico)

Los seres humanos buscan seguridad emocional, amor y validación. Cuando estas necesidades no se satisfacen, la tentación surge como un mecanismo de afrontamiento ante el estrés, la soledad o el aburrimiento.

Una persona que se siente sola puede verse tentada a involucrarse en relaciones dañinas o conductas adictivas para sentirse mejor.

3. Necesidades sociales (pertenencia y aceptación)

Las personas están programadas para buscar conexión con otros. El miedo al rechazo o a la exclusión social puede llevar a tentaciones que comprometen los valores personales.

La presión de grupo puede tentar a alguien a adoptar comportamientos que normalmente no elegiría, como chismosear, mentir o consumir sustancias dañinas.

4. Necesidades superiores (autorrealización y propósito)

También somos tentados por el deseo de poder, éxito o plenitud espiritual. La búsqueda de significado en la vida puede llevar a tentaciones que nos distraen de nuestro verdadero propósito.

Una persona que busca éxito profesional puede sentirse tentada a tomar atajos o actuar de manera poco ética en su trabajo.

Cómo funciona la tentación psicológicamente

1. Gratificación instantánea vs. metas a largo plazo

La tentación suele apelar al placer inmediato, mientras que nuestra mente racional valora el bienestar a largo plazo.

El famoso "Test del Malvavisco" de Walter Mischel mostró que los niños que resistían la tentación de comer un dulce por una mayor recompensa futura tenían mejores resultados en la vida.

2. Dopamina y sistema de recompensa

El cerebro libera dopamina cuando anticipamos o realizamos actividades placenteras, reforzando la tentación.

Tentaciones como la comida chatarra, las redes sociales o los hábitos poco saludables pueden ser difíciles de resistir, ya que nuestro cerebro asocia estas actividades con una recompensa inmediata.

3. Autocontrol y fuerza de voluntad

Superar la tentación requiere autorregulación, que nos permite resistir impulsos y mantener el control sobre nuestras acciones.

La autorregulación puede fortalecerse con disciplina, prácticas espirituales y decisiones conscientes, ayudándonos a elegir lo que realmente nos beneficia a largo plazo.

Tentación y libertad

La tentación y la libertad están estrechamente conectadas, porque la verdadera libertad implica la capacidad de elegir entre el bien y el mal, y la tentación pone a prueba esa libertad.

1. La libertad nos da el poder de elegir

Dios nos ha dado libre albedrío. No estamos obligados a hacer el bien o el mal, sino que podemos tomar decisiones morales.

2. La tentación pone a prueba nuestra libertad

Nos ofrece una opción que puede parecer atractiva, pero que nos aleja de la voluntad de Dios.

3. La libertad se fortalece al superar la tentación

Cada vez que resistimos la tentación, crecemos en fortaleza espiritual y disciplina.

4. La falsa libertad conduce a la esclavitud

Algunos creen que la libertad significa hacer lo que uno quiere, pero esto puede llevar a la esclavitud del pecado (Juan 8:34: "Todo el que peca es esclavo del pecado").

5. Jesús como modelo de verdadera libertad

Jesús fue tentado (Mateo 4:1-11) pero permaneció libre al elegir la obediencia al Padre.

Cómo superar la tentación

  • Conociendo nuestras propias debilidades.
  • Practicando la disciplina y tomando decisiones conscientes.
  • Orando y usando la Escritura (Mateo 4:4).
  • Evitando situaciones de pecado (1 Corintios 10:13).
  • Confiando en la fuerza de Dios (Mateo 6:13).

Tentación y Esperanza

La tentación puede verse como un signo de esperanza porque revela que estamos comprometidos en la batalla espiritual, esforzándonos por la santidad en lugar de rendirnos al pecado. Aquí está el por qué la tentación puede ser esperanzadora:

1. Significa que somos seres humanos que están vivos

Si fuéramos indiferentes a Dios, el diablo no necesitaría tentarnos.

El hecho mismo de que experimentemos la tentación significa que estamos luchando por la bondad y que el enemigo ve nuestra fe como una amenaza.

2. Significa que tenemos libre albedrío

Dios nos ha dado la capacidad de elegir entre el bien y el mal.

La presencia de la tentación significa que todavía tenemos la libertad de elegir a Dios sobre el pecado, haciendo que nuestra virtud tenga significado.

3. Fortalece nuestros músculos espirituales

Así como el entrenamiento físico con resistencia fortalece nuestros cuerpos, resistir la tentación fortalece nuestras almas.

Cada vez que superamos la tentación, crecemos en virtud, disciplina y confianza en la gracia de Dios.

4. Nos ayuda a crecer en la virtud de la humildad

La tentación puede humillarnos y llevarnos a la oración.

Cuando enfrentamos luchas, nos damos cuenta de nuestra dependencia de la fuerza de Dios en lugar de la nuestra, profundizando así nuestra relación con Él.

Reflexiones finales

Las Escrituras nos dicen que aquellos que soportan pruebas y resisten la tentación serán recompensados:

"Dichoso el que resiste la tentación, porque al salir aprobado recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman."
(Santiago 1:12)

Por lo tanto, la tentación es un recordatorio de la victoria y la alegría que esperan a aquellos que permanecen fieles.

En lugar de desanimarnos por la tentación, deberíamos verla como un llamado a acercarnos más a Dios, confiar en Su gracia y esforzarnos por la santidad a la que estamos llamados. Como nos recuerda San Pablo:

"Fiel es Dios, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, junto con la tentación, les dará también la salida para que puedan resistir."
(1 Corintios 10:13).

¡Somos peregrinos de la esperanza!
¡Que viva la esperanza!

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