Peregrinos de la esperanza
año jubilar 2025
Serie semillas de esperanza
Tercera semilla : Interesarse por los demás
Padre Reegan Soosai, CMF
Misionero Claretiano
“Interesarse por los demás es abrir el corazón al amor, la compasión y la unidad que reflejan el rostro de Dios en el prójimo.”

¡Queridos peregrinos de Esperanza del año jubilar 2025!
¿Cómo definir al «Otro»? Emmanuel Levinas afirma:
“El Otro sigue siendo infinitamente trascendente y sagrado”
Esta idea resalta que el Otro forma parte de nosotros mismos y, al mismo tiempo, nos trasciende. En la tradición cristiana, el Otro es el rostro de Dios, quien nos invita a vivir en una relación amorosa, compasiva y vivificante. Reconocer al Otro como un regalo divino nos llama a celebrar las diferencias y a recordar que todos compartimos deseos fundamentales de amor, pertenencia y significado.
Interesarse de verdad por el otro
Esta humanidad compartida crea un puente para la conexión. Al interesarnos profundamente por el Otro, encarnamos el espíritu de amor y unidad que trasciende las fronteras y fomenta relaciones más auténticas.
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo
(Mc 12:31)”
Reflexionar sobre estas palabras de Jesús, junto con la enseñanza de acoger al extranjero con compasión y gracia (Mt 25:35-40), nos guía hacia una vida de empatía, respeto y amor.
Interesarse de verdad por el Otro no es sólo un acto de curiosidad, sino una práctica intencionada de apertura que valora las perspectivas y experiencias únicas de los demás. Me gustaría ofrecer cinco principios para cultivar este interés.
1. Abrazar la humildad: Reconocer que nuestra comprensión es limitada.
El Otro ofrece un mundo de experiencias, pensamientos y emociones que pueden enriquecer tu perspectiva. Acércate a cada persona como a un maestro con algo valioso que compartir. Como nos recuerda esta cita tomada de Proverbios
“Cuando viene la soberbia, entonces viene la desgracia, pero con la humildad viene la sabiduría
Proverbios 11:2”
2. Cultivar la empatía: Esforzarse por ver el mundo a través de los ojos del Otro.
La empatía no significa estar de acuerdo con todo, sino comprender y validar sus sentimientos y experiencias. Pregúntate: «¿Qué se sentiría al estar en su situación?».
San Pablo nos exhorta:
“Alégrate con los que se alegran; llora con los que lloran
Romanos 12:15”
3. Escuchar activamente: El verdadero interés comienza con una escucha atenta.
Evita el impulso de interrumpir o formular respuestas mientras la otra persona está hablando. Escuchar no es sólo oír palabras; es percibir emociones y comprender mensajes tácitos.
El apóstol Santiago nos aconseja:
“Ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarnos
Santiago 1:19”
4. Valorar la diversidad y la vida intercultural: La riqueza de la humanidad reside en su diversidad y en sus interconexiones.
Siente curiosidad por las culturas, creencias y perspectivas distintas de las tuyas. Hemos de celebrar las diferencias como oportunidades de crecimiento y no como amenazas.
En el libro del Apocalipsis encontramos una hermosa visión de la unidad en la diversidad:
“Después de esto miré, y había delante de mí una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie ante el trono y ante el Cordero
Apocalipsis 7:9”
5. Ser vulnerable: No es un signo de debilidad, sino de esperanza y de humanidad compartida.
Todos experimentamos el sufrimiento, que nos conecta en dignidad y compasión. No temas revelar tu vulnerabilidad a los demás con prudencia y sentido común.
Como escribió San Pablo en Corintios:
“Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad
Corintios 12:9”
Las bodas de Caná: Un modelo de interés compasivo
La lectura evangélica de hoy, que es las Bodas de Caná (Juan 2:1-12), nos enseña la importancia de la atención, la compasión y la acción en el cuidado de los demás. La sensibilidad de María ante las necesidades de los anfitriones y la respuesta de Jesús demuestran cómo notar y atender las necesidades de los demás puede fomentar la alegría y la unidad. Se interesaban de verdad por los demás y deseaban ver alegría y felicidad en sus rostros. Vieron a Dios en los sufridos anfitriones de aquella boda.
“Este milagro refleja el valor de los pequeños gestos, el poder de las relaciones y la naturaleza transformadora de la generosidad”
Este milagro refleja el valor de los pequeños gestos, el poder de las relaciones y la naturaleza transformadora de la generosidad. Cuando María intercedió diciendo: «No tienen vino» (Juan 2:3), y Jesús transformó el agua en el mejor vino, aprendemos que incluso los pequeños actos de cuidado pueden conducir a profundas bendiciones.
El ejemplo del buen samaritano
La parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37) es otro poderoso ejemplo de interesarse verdaderamente por los demás. La voluntad del samaritano de detenerse, atender al hombre herido y procurar su curación integral demuestra la profundidad de la compasión y la acción que estamos llamados a emular.
“La voluntad del samaritano de detenerse, atender al hombre herido y procurar su curación integral demuestra la profundidad de la compasión y la acción que estamos llamados a emular.”
Jesús termina esta parábola con un mandato: «Vete y haz tú lo mismo» (Lc 10:37). Esta historia nos desafía a trascender las barreras culturales o sociales y a cuidar de los demás con auténtico amor y bondad.
Una llamada a la acción
Siguiendo el ejemplo de Cristo, estamos llamados a cuidar activamente de quienes nos rodean, ofreciendo nuestra presencia, defensa y amabilidad. Como el agua convertida en vino, nuestro sincero interés por los demás puede aportar gracia y alegría a la vida cotidiana. El libro de los Filipenses nos recuerda:
“Que cada uno de ustedes mire no sólo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás
Filipenses 2:4”
Conclusión
Vivamos una vida que muestre interés por los demás, reconociéndolos como reflejos sagrados de Dios. Al abrazar la humildad, cultivar la empatía, escuchar activamente, valorar la diversidad y ser vulnerables, plantamos semillas de esperanza.
Interesarse por el Otro es caminar tras las huellas de Cristo,
llevando amor y alegría a un mundo necesitado.
¡Somos peregrinos de la esperanza!
¡Que viva la esperanza!