Peregrinos de la esperanza
año jubilar 2025
Serie semillas de esperanza
Semilla 31: La humildad
Padre Reegan Soosai, CMF
Misionero Claretiano
La humildad nos arraiga en la verdad: coloca a Dios en el centro de nuestra vida y nos conecta profundamente con los demás.

Queridos peregrinos de Esperanza del año jubilar 2025!
Esta semana reflexionemos sobre la virtud de la humildad como una semilla de esperanza.
Cuando escuchas la palabra humildad:
¿qué imagen, persona o actitud viene a tu mente?
¿Podría sustituirse por otra palabra?
La humildad es una hermosa virtud, pero no significa humillación.
Entonces, ¿qué es la humildad?
La humildad es como una brújula con dos puntos:
- Primero: significa que Dios está en el centro de tu vida.
- Segundo: que vives con la conciencia constante de que dependes de Dios y eres interdependiente de los demás.
Por tanto, la humildad nos conecta profundamente con Dios, con nosotros mismos y con los demás.
Pregúntate: ¿Es Dios realmente el centro de mi vida?
Si miramos la vida de los santos y de personas de bien, una virtud común en ellos era la humildad. Nos sentimos naturalmente atraídos por quienes viven con humildad porque la humildad refleja verdad y amor.
Nuestro Fundador, San Antonio María Claret, dijo:
"La humildad es la madre de todas las virtudes".
(San Antonio María Claret)
Al final de su vida escribió en su Autobiografía:
"He tratado de cultivar la humildad toda mi vida, y no sé si alguna vez la logré".
(San Antonio María Claret)
¿Por qué se llama a la humildad la madre de las virtudes?
Porque en ella aprendemos a poner a Dios en el centro de nuestra vida y a tratar a los demás con respeto y dignidad.
Suelo decir:
«La humildad sin verdad es vanagloria, y la verdad sin humildad es arrogancia».
Santa Teresa de Calcuta lo expresó bellamente: «La humildad es caminar en la verdad».
El opuesto de la humildad es la arrogancia.
¿Qué ocurre en la arrogancia?
Sacamos a Dios del centro de nuestra vida. Nos volvemos egoístas e ingratos, creyendo que podemos vivir sin Dios ni los demás. Tristemente, esto es lo que vemos a menudo en gran parte de la cultura occidental actual: arrogancia personal, comunitaria e incluso nacional.
La arrogancia conduce a la humanidad al peligro y a la autodestrucción.
Pregúntate:
¿Soy arrogante en mis pensamientos, palabras, acciones o actitudes?
La arrogancia destruye las relaciones: con Dios, con los demás e incluso con uno mismo. Por eso la Iglesia, en su sabiduría, la incluye entre los siete pecados capitales, porque corroe el alma y las relaciones.
Incluso Jesús cambió de parecer ante la actitud humilde de la mujer cananea que dijo:
"Señor, también los perritos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos".
(Mateo 15,27)
Ejemplos bíblicos de humildad
1. Moisés
"Moisés era un hombre muy humilde, más que cualquier otro sobre la faz de la tierra".
(Números 12,3)
¿Por qué?
- A pesar de ser un gran líder, siempre reconoció a Dios como la verdadera fuente de poder.
- Aceptó correcciones (por ejemplo, de Jetró) e intercedió por el pueblo sin buscar gloria personal.
2. Juan el Bautista
"Es necesario que Él crezca y que yo disminuya".
(Juan 3,30)
¿Por qué?
Preparó el camino para Jesús y luego se hizo a un lado, sin reclamar mérito alguno.
3. María, Madre de Jesús
"He aquí la esclava del Señor... Ha mirado la humildad de su sierva".
(Lucas 1,38.48 )
¿Por qué?
- Aceptó la voluntad de Dios con total entrega, llamándose sierva del Señor.
- Su Magníficat exalta la grandeza de Dios, no la suya.
4. Jesucristo
"Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz".
(Filipenses 2,6-8)
¿Por qué?
- Siendo Dios, eligió servir, lavando los pies de sus discípulos (Juan 13).
- Su vida entera y su muerte reflejan la humildad suprema.
Cómo cultivar la humildad
1. Pide en oración el don de la humildad.
2. Desarrolla una visión realista de ti mismo: Reconoce tanto tus fortalezas como tus debilidades.
" No se estimen más de lo debido".
(Romanos 12,3)
Plan Mental de 7 Días para Cultivar la Humildad
Día 1 – Reconocer la Dependencia
- Enfoque: Todo es un don, nada es auto-creado.
- Reflexión: ¿Qué cosas atribuyo a mí mismo que en realidad son gracia de Dios o ayuda de otros
- Ejercicio: Escribe 5 cosas que hoy tienes gracias a otros (padres, maestros, amigos).
Día 2 – Practica Ponerte en el Lugar del Otro
- Enfoque: Mira la vida con los ojos de otros.
- Reflexión: ¿A quién subestimo en su lucha?
- Ejercicio: Imagina por 10 minutos un día en la vida de alguien (un compañero, un familiar, una persona que te atiende).
Día 3 – Silencia la Voz del Ego
- Enfoque: Detecta pensamientos orgullosos y cámbialos.
- Reflexión: ¿Cuándo sentí necesidad de parecer superior hoy?
- Ejercicio: Sustituye «Merezco más» por «Esto es gracia, no un derecho».
Día 4 – Acepta Estar Equivocado
- Enfoque: Separa tu valor personal de tener la razón.
- Reflexión: ¿Cuándo fue la última vez que rechacé una corrección? ¿Por qué?
- Ejercicio: Hoy, en una conversación, di: «Es un buen punto; no lo había visto así».
Día 5 – Limita las Comparaciones
- Enfoque: Deja de medirte con otros.
- Reflexión: ¿Con quién me comparo más y por qué?
- Ejercicio: Reduce un 30% el tiempo en redes sociales y escribe una fortaleza única que Dios te dio.
Día 6 – Reinicio Diario de Gratitud
- Enfoque: La gratitud mata el sentimiento de derecho.
- Reflexión: ¿Veo las bendiciones como derechos o como dones?
- Ejercicio: Escribe 3 bendiciones que no merecías (vida, amistades, oportunidades) y di: «Gracias, Señor».
Día 7 – Ancla tu Vida en el Propósito de Dios
- Enfoque: La vida es más grande que yo.
- Reflexión: ¿Qué misión me ha confiado Dios para servir a otros?
- Ejercicio: Reza Miqueas 6,8:
«Señor, ayúdame a obrar con justicia, amar la misericordia y caminar humildemente contigo».
Consejo Extra
Lleva un Diario de Humildad con dos preguntas diarias:
1. ¿Dónde actué con humildad hoy?
2. ¿Dónde apareció el orgullo? ¿Cómo puedo responder distinto mañana?
Queridos amigos,
Hagamos el esfuerzo consciente de cultivar la humildad. Caminemos humildemente con Dios y con los demás. La humildad es nuestra humanidad compartida: una hermosa semilla de esperanza para nosotros y para el mundo.
¡Somos peregrinos de la esperanza!
¡Que viva la esperanza!