Peregrinos de la esperanza
año jubilar 2025
Serie semillas de esperanza
Semilla 23: Una vida centrada en la Trinidad
Padre Reegan Soosai, CMF
Misionero Claretiano
La solemnidad de la Santísima Trinidad nos invita a vivir desde la interconexión sagrada con Dios, los demás y la creación.

¡Queridos peregrinos de Esperanza del año jubilar 2025!
Este domingo, la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Santísima Trinidad, un misterio que no solo es fundamento de nuestra fe, de la historia de la salvación y de todos nuestros esfuerzos misioneros, sino también un anticipo de lo que está por venir. Tristemente, este misterio profundo no recibe muchas veces la atención ni la reverencia que verdaderamente merece.
La interconexión como clave para comprender la Trinidad
Personalmente, creo que esta fiesta podría tener un significado aún mayor si se colocara al comienzo del Año Litúrgico, justo después de la fiesta de Cristo Rey y antes del Adviento. Nos recordaría que toda nuestra vida de fe y liturgia está enraizada en el Dios Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Hace unos días, me preguntaron en una entrevista televisiva:
“Si tuvieras que describir tu misión y tu existencia con una sola palabra, ¿cuál sería?”
Sin dudarlo, respondí:
“Interconexión”. Sin conciencia de esta interconexión sagrada —con Dios, con los demás, con la creación— corremos el riesgo de vivir y morir en aislamiento, que es un anticipo del “infierno en la tierra”.
“El ojo no puede decirle a la mano: ‘¡No te necesito!’ Ni tampoco la cabeza a los pies: ‘¡No los necesito!’… Si un miembro sufre, todos los demás sufren con él.”
(1 Corintios 12, 21.26)
Entonces, te pregunto:
¿Qué te viene a la mente cuando escuchas la palabra “interconexión”?
Tal vez podrías intentar dibujar tu propio mapa personal de relaciones y conexiones divinas.
Para una reflexión más profunda, te animo a leer La Trinidad Indivisa de Raimon Panikkar, un teólogo que conectó bellamente la Trinidad cristiana con la cosmovisión cosmológica e interreligiosa.
Una fiesta que abarca todas las fiestas
Damos gran importancia a la Navidad, la Pascua y Pentecostés, celebraciones de la Encarnación, la Resurrección y el Empoderamiento.
Pero la Trinidad es la fuente de donde brotan todos estos misterios. El Padre envía al Hijo (Encarnación), el Hijo muere y resucita para nuestra salvación (Misterio Pascual), y el Espíritu desciende para quedarse con nosotros (Pentecostés).
Trinidad en las religiones del mundo, la cultura y la ciencia
La Trinidad no es solo una doctrina cristiana. Muchas tradiciones espirituales e incluso conceptos científicos reflejan una armonía triádica similar. Veamos algunos dominios, de diferentes religiones, filosofía y ciencia y los conceptos triádicos que hacen parte de ellas.
Cristianismo: Padre – Hijo – Espíritu Santo
Hinduismo: Brahma – Vishnu – Shiva
Budismo: Buda – Dharma – Sangha
Filosofía (Platón): Razón – Espíritu – Apetito
Física: Espacio – Tiempo – Materia
Química / Alquimia: Azufre – Mercurio – Sal
Culturas Indígenas: Cielo – Tierra – Agua / Mente – Cuerpo – Espíritu
Taoísmo: Yin – Yang – Qi
Incluso el átomo, bloque fundamental de la materia, es trino: protones, neutrones y electrones. La creación refleja a su Creador.
“Desde la creación del mundo, lo invisible de Dios —su eterno poder y su divinidad— se ha hecho visible a la inteligencia a través de sus obras.”
(Romanos 1, 20)
La Trinidad y la familia humana
La Trinidad también es un plano espiritual para las relaciones humanas, especialmente en la familia y en el matrimonio cristiano. Padre, Madre e Hijo forman un símbolo vivo de unidad en la diversidad.
Como enseña el Catecismo:
“Dios mismo es una comunión eterna de amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y nos ha destinado a participar de esa comunión.”
(CIC 221)
En el matrimonio, como en la Trinidad, cada persona permanece distinta pero unida, viviendo en comunión sin confusión ni absorción.
La Misión de cada persona divina
En el cristianismo, la unidad de Dios en tres personas es única. Cada Persona de la Trinidad tiene una misión específica:
Dios Padre – El Creador (Génesis 1, 1)
Dios Hijo, Jesucristo – El Redentor (Juan 3, 16)
Dios Espíritu Santo – El Santificador y Guía (Juan 14, 26)
Sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios en tres Personas —coiguales, coeternas e inseparables.
Una Espiritualidad Centrada en la Trinidad
Mi camino espiritual ha transitado desde una espiritualidad centrada en Cristo, luego en el Espíritu, y ahora se orienta cada vez más hacia una vida centrada en la Trinidad. La Trinidad ofrece un camino de armonía, equilibrio y plenitud relacional.
La Trinidad y la esperanza a través de la interconexión
¿Cómo inspira la Trinidad esperanza hoy?
No estás solo
Vivimos en una época de fragmentación —social, espiritual y tecnológica—. Las herramientas digitales y la inteligencia artificial, aunque útiles, a menudo nos desconectan de las relaciones cara a cara. Como seres humanos, creados a imagen de un Dios relacional, hallamos esperanza al redescubrir los lazos sagrados que nos unen.
“No es bueno que el hombre esté solo.”
— Génesis 2, 18
“No es bueno que el hombre esté solo.”
(Génesis 2, 18)
Te salvas con otros
Como dijo el Papa Francisco durante la pandemia:
“Nadie se salva solo; únicamente podemos salvarnos juntos.”
— Fratelli Tutti, §32
Somos redimidos en comunidad, no en aislamiento —como la Trinidad, que es una comunidad de amor.
Aprecia las historias, culturas y creencias de los demás
Cuando honramos las experiencias humanas diversas, reflejamos la diversidad divina dentro de la Trinidad. Apreciar la riqueza de la cultura, fe o sufrimiento de otro es participar de la hospitalidad de Dios.
“No se olviden de la hospitalidad, porque gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”
(Hebreos 13,2)
Vivir como personas llenas de esperanza significa ver a los demás no como amenazas, sino como regalos.
¿Cuándo fue la última vez que valoraste verdaderamente la diferencia de alguien?
Bendición final y una historia para recordar
Al celebrar esta santa fiesta de la Santísima Trinidad, que vivamos como personas que reflejan el amor del Padre, la misericordia del Hijo y la guía del Espíritu Santo.
Que abracemos la interconexión —en la familia, la comunidad, la creación y con Dios— y vivamos este misterio con alegría, paz y esperanza.
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.”
(2 Corintios 13,14)
Una Lección Humilde de San Agustín
Existe una historia bien conocida sobre San Agustín, uno de los más grandes teólogos de la Iglesia, quien dedicó gran parte de su vida a comprender el misterio de la Santísima Trinidad.
Un día, mientras caminaba por la orilla del mar, reflexionando profundamente sobre cómo un solo Dios puede existir en tres personas, vio a un niño pequeño jugando. El niño había cavado un pequeño agujero en la arena y estaba yendo de un lado a otro entre el océano y el hoyo, usando una concha para verter agua en él.
Agustín se le acercó y le preguntó:
— ¿Qué estás haciendo?El niño respondió:
— Estoy tratando de verter todo el océano en este hoyo.Agustín sonrió y dijo:
— Pero eso es imposible, hijo mío. El océano es demasiado vasto para ese pequeño agujero.El niño lo miró y le dijo:
— Así también, Agustín, es imposible para ti comprender el misterio de la Trinidad con tu mente limitada.Y con eso, el niño desapareció —según la tradición, era un ángel enviado por Dios.
Esta historia nos recuerda que la Trinidad no es algo para entender por completo, sino para contemplar, amar y vivir.
Tal vez no la comprendamos del todo, pero estamos invitados a entrar en su misterio con humildad, asombro y confianza.
Que el Dios Trino —Padre, Hijo y Espíritu Santo— te bendiga y te guarde, y que vivas cada día en la alegría de la interconexión divina.
¡Somos peregrinos de la esperanza!
¡Que viva la esperanza!