Séptimo domingo a San José
San José y María se angustian al perder a Jesús, pero se llenan de gozo al hallarlo en el templo

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Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo,
Amén.
San José, fiel custodio de Jesús y María,
intercede por la salvación del alma mía.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo,
Dios y Hombre
verdadero, mi Redentor.
Por ser quién eres, bondad infinita,
y porque te amo
sobre todas las cosas,
me arrepiento de todo corazón
de haberte ofendido.
Lo hago porque no quiero cargar
con las penas del infierno.
Ayudado de tu divina gracia,
propongo firmemente
nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia
que me fuere impuesta.
Amén
Ofrecimiento
Glorioso Patriarca San José,
eficaz consuelo de los afligidos y
seguro refugio de los moribundos;
dignaos aceptar el obsequio
de este ejercicio que voy a rezar
en memoria de vuestros
siete dolores y gozos.
Y así como en vuestra feliz muerte,
Jesucristo y su madre María
os asistieron y consolaron
tan amorosamente,
así también vos, asistidme
en aquel trance, para que,
no faltando yo a la fe,
a la esperanza y a la caridad,
me haga digno,
por los méritos de la sangre
de nuestro Señor Jesucristo
y vuestro patrocinio,
de la consecución de la vida eterna,
y por tanto de vuestra
compañía en el Cielo.
Amén.
Séptimo Dolor
El dolor de la pérdida del Niño Jesús en la caravana y la búsqueda por tres días.
«Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos;»
(Lucas 2, 44)
Séptimo Gozo
Encontrar a Jesús en el Templo en medio de los doctores.
«Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas.».
(Lucas 2, 46)
Oh glorioso San José, modelo de padres y esposos, qué angustia sufriste cuando perdiste al Niño Jesús durante tres días en Jerusalén. Pero ¡cuál no fue tu alegría cuando lo encontraste en el Templo, enseñando a los doctores de la Ley!
Por este dolor y este gozo, acompáñanos siempre, ¡ayúdanos!, a buscar a Jesús con perseverancia cuando nos sintamos perdidos y a encontrarlo en la oración y en la comunidad de fe. Que podamos siempre valorar la sabiduría y el amor de Cristo, y vivir en Su presencia todos los días de nuestra vida.
San José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, ruega por nosotros.
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
R/
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.
Ave María
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R/
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
San José
Ruega por nosotros, San José
R/
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Oración
Dios, que con inefable providencia
te dignaste elegir al bienaventurado José
por esposo de tu Santísima Madre:
concédenos que, pues le veneramos
como protector en la tierra,
merezcamos tenerle como intercesor en los cielos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.Amén
En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo,Amén.