Sexto domingo a San José

San José siente temor al volver del exilio, pero se alegra al vivir en paz en Nazaret.

Sexto Domingo a San José, representando el regreso de la Sagrada Familia a Nazaret. La escena refleja tanto la cautela de San José como su confianza en Dios, con un paisaje iluminado que simboliza la paz y la estabilidad al regresar al hogar.
Audio sexto domingo a San José

Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor Dios nuestro.

En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo,
Amén.

San José, fiel custodio de Jesús y María,
intercede por la salvación del alma mía.

Señor mío Jesucristo,
Dios y Hombre
verdadero, mi Redentor.


Por ser quién eres, bondad infinita,
y porque te amo
sobre todas las cosas,

me arrepiento de todo corazón
de haberte ofendido.


Lo hago porque no quiero cargar
con las penas del infierno.


Ayudado de tu divina gracia,
propongo firmemente
nunca más pecar,

confesarme y cumplir la penitencia
que me fuere impuesta.


Amén

Glorioso Patriarca San José,
eficaz consuelo de los afligidos y
seguro refugio de los moribundos;
dignaos aceptar el obsequio
de este ejercicio que voy a rezar
en memoria de vuestros
siete dolores y gozos.


Y así como en vuestra feliz muerte,
Jesucristo y su madre María
os asistieron y consolaron
tan amorosamente
,


así también vos, asistidme
en aquel trance, para que,
no faltando yo a la fe,
a la esperanza y a la caridad,
me haga digno,

por los méritos de la sangre
de nuestro Señor Jesucristo
y vuestro patrocinio,


de la consecución de la vida eterna,
y por tanto de vuestra
compañía en el Cielo.


Amén.

Del regreso a Nazaret por el miedo a Arquelao.

«Levántate, y toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel; que muertos están los que procuraban la muerte del niño. Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y se vino a tierra de Israel.»

(Mateo 2, 20-21)

Al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza establecida por el Ángel.

«y fue a vivir en un pueblo llamado Nazaret. Con esto se cumplió lo dicho por los profetas: «Lo llamarán nazareno».

(Mateo 2, 23)

Oh fiel San José, cabeza de la Sagrada Familia, qué dolor experimentaste al regresar a Nazaret, temiendo por la seguridad de tu Hijo. Pero ¡cuál no fue tu gozo al vivir una vida tranquila y amorosa con Jesús y María!

Por este dolor y este gozo, acompáñanos siempre, ¡ayúdanos!, a valorar la vida familiar y a construir hogares llenos de amor y paz. Que podamos encontrar gozo en la sencillez de la vida cotidiana y en la presencia constante de Dios en nuestras familias.

San José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, ruega por nosotros.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

R/
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.

Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

R/
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R/
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.

Ruega por nosotros, San José

R/
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Dios, que con inefable providencia
te dignaste elegir al bienaventurado José
por esposo de tu Santísima Madre:
concédenos que, pues le veneramos
como protector en la tierra,
merezcamos tenerle como intercesor en los cielos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén

En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo,

Amén.

Domingos a San José

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